Hoy, obligado por la escritora, os presento el segundo libro de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo, Legado en los huesos. Segunda parte tras El guardián invisible que os presenté la semana pasada. Dolores Redondo me ha obligado a leerme el segundo, igual que ahora ya he empezado el tercero, por tener varias tramas que necesitan respuesta y tengo el deseo de saber más.
Si ya te has leído el primero, ¿crees que todo está cerrado? Nada más lejos de la verdad, quedan tantas respuestas por leer que yo no pude intercalar un libro diferente entre el primero y el segundo, y desde ahora os puedo decir que entre el segundo y tercero tampoco.
Soy muy fan de las novelas policíacas, de perseguir a los malhechores a través de sus propios actos y errores, acompañando a unas mentes brillantes que entran en el juego de asesinos que les harán sudar y esforzarse, por eso una de mis sagas favoritas es la escrita por John Verdon, David Gurney me encanta. También disfruté mucho con los libros de Vicente Garrido y Nieves Abarca, Valentina Negro es casi una heroína, aparte de ser un pivón, que quede claro ya que lo hemos podido leer hasta la saciedad.
Todo este rollo viene por algo, no os preocupéis.
Desde que empecé El guardián invisible, Dolores ya sabía que no podría dejar esta trilogía apartada, ella sabía que cuando uno empieza, continuará hasta desentrañar toda la historia. ¿Qué diferencias hay entre David Gurney y Amaia Salazar? La principal para mi es que toda esta historia de Amaia no empieza en las primeras palabras de El guardián invisible, empieza mucho antes, un principio que Dolores nos irá descubriendo poco a poco, y que tendrá consecuencias en cada uno de los detalles del "presente". David Gurney, para mí, utiliza más sus razonamientos, su experiencia y sus ansias de resolver enigmas para perseguir a esos brillantes enemigos que John Verdon le pone en su camino. En cambio Amaia Salazar, es más corazón y fuerza para superar sus propios horrores lo que la empuja a perseguir a sus enemigos, entre razonamientos y mitología Dolores Redondo nos guiará entre el presente y el pasado de Amaia.
¿Y entre las historias de Valentina Negro y la historia de Amaia Salazar? En el caso de Valentina nos encontramos que Crímenes exquisitos es el inicio de todo, a partir de aquí nos arrastran a varios casos con muchas referencias a este primer libro. En el caso de Amaia, los dos primeros libros estan totalmente relacionados, necesitas el primero para entender el segundo, pero necesitas el segundo para entender el primero, ya que los saltos entre el presente y el pasado te van abriendo los ojos y te van guiando por el auténtico caso que debe resolver Amaia. Dolores Redondo no utiliza el enganche del sexo y el morbo para guiarnos por su historia, un recurso que podemos ver explotado en las novelas de Vicente Garrido y Nieves Abarca. En común, diría que las dos protagonistas son mujeres que se muestran fuertes pero con una enorme fragilidad.
Creo que sería hora de empezar a hablar sobre este libro, ¿no? Ya podéis imaginar que me ha gustado, me parece muy buena la mezcla de lo tangible con lo místico. Dolores continúa su relato sin tampoco detenerse en eternas descripciones, preferimos entrar al tema sin mirar de qué color son las alas de las mariposas que pasan por delante de los ojos de Amaia.
Los saltos al pasado de Amaia nos resuelven misterios que surgen en este libro, pero también nos esclarecen puntos que en el primer libro quedaron bastante en el aire. La mitología de los pueblos del norte de España son parte esencial en este relato, ya que sin ellos no tendría ningún sentido y me parece muy entretenida esta mezcla, y sobre todo los esfuerzos de Amaia por ser analítica y no dejarse llevar por estos "cuentos de viejas".
Ya he empezado el tercero, y espero acabarlo y llegar al final del camino de este gran viaje que nos ha planteado Dolores Redondo.
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