19 septiembre 2017

DIARIO DE UNA BOMBA NUCLEAR (9ª PARTE)

“…No pude contener las lágrimas, mis ojos anegados se quedaron fijos mirando el cadáver de ese pobre hombre que dos minutos antes estaba vivo. Cuanto desprecio por la raza humana corría por mis venas. Después de destruir casi todo el planeta, los pocos que quedan siguen pensando en destruir y matar. Tras mucho tiempo sin encontrar a nadie con vida, me encuentro con aquello que los libros siempre han relatado: la naturaleza humana sin los límites de la civilización.

Me quedé observando el cuerpo durante mucho tiempo, hasta que desvié un ápice la mirada y me fijé en el lugar dónde estaba tirado el cuerpo. Estoy más que acostumbrado a los cadáveres, y ya paso por encima sin inmutarme, pero me fijé, que ese pobre hombre estaba rodeado de tres cuerpos más que tenían un agujero en la frente. ¿Los llevaban allí para ejecutarlos?

Cuando me vi con fuerzas, salí de mi escondite y me alejé corriendo con todas las fuerzas que tenía en dirección contraria a la que se había ido el asesino. Quería estar lejos de allí cuando cayera la noche.

Ahora estoy aquí escondido sin poder dormir, mi mente recrea la escena una y otra vez y de nuevo lloro sin parar. Ahora ya sé que hay más humanos, como mínimo uno, si hay más, ¿Cuál será la posibilidad de encontrarlos y salir vivo? Espero poder dormir un poco, pero sigo pensando ¿qué habrá hecho ese señor para acabar así?...”

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