UN MUNDO SIN FIN

Ken Follett ataca de nuevo, hoy escribiré sobre la segunda parte de Los pilares de la Tierra, Un mundo sin fin. Tranquilo, no huyas desesperado, se que hiciste esfuerzos para leerte el primer libro, pero con este no tendrás ningún problema.

Casi dos décadas después de la publicación de «Los pilares de la Tierra», Follett vuelve a la ciudad medieval de Kingsbridge, pero 153 años más tarde. La vida de cuatro personajes en medio de años de guerra y, sobre todo, de peste, constituye el eje de esta magnífica historia de amor y odio, de ambición y venganza. Gwenda, hija de un ladrón, luchará por conseguir al hombre que ama; Caris estudia para ser doctora a pesar de ser una profesión prohibida para las mujeres; Merthin, un aprendiz de carpintero, se convierte en el mejor arquitecto de Kingsbridge; y Ralph, violento y vengativo, llega al poder gracias a sus proezas en la guerra contra Francia.

Se trata de una historia situada 153 años después de Los pilares de la Tierra. Pero no solo es eso lo que tiene en común con su predecesora, la historia es la misma. Si cambias una catedral por un puente lo tienes hecho. Follett nos presenta a los descendientes de los protagonistas del primer libro.

Toda la historia de la primera novela esta adaptada para que coincida con las modificaciones. Esto implica que la originalidad del primer libro se ha perdido, ya no es una historia innovadora si la has escrito antes.

Pero no todo son quejas hacia este libro. Para empezar este libro no tiene las 300-400 páginas de inicio que se podrían quitar, como en Los pilares de la Tierra, entra en la historia interesante desde el principio, por lo que se hace menos duro empezar y cogerle el ritmo. También se ha reducido la cantidad absurda de datos técnicos, pero claro a mi me parece que es algo más sencillo construir un puente que una catedral.

El otro punto bueno es que si te gustó el primero, este también te gustará porque sigue siendo épica, y llena de muerte, amor, ambición, injusticias...